Historia
D. Iñigo López de Mendoza, Obispo de la ciudad cacereña de Coria (1520-1529) y
Obispo-Cardenal de Burgos (1529-1535), era de familia muy noble, pues era nieto de los
Condestables enterrados en la capilla homónima de la catedral de Burgos; era bisnieto
de D. Iñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, autor de las Serranillas y padre
de Doña Mencía de Mendoza, y sobrino-nieto del famoso cardenal Pedro González de
Mendoza que era hermano de Mencía de Mendoza.
La fundación de este edificio que hoy lleva su nombre fue el resultado de la preocupación
del Cardenal por los más pobres de su diócesis. Por ello decidió en su testamento fundar
este Colegio que se llamó de San Nicolás porque él era Cardenal del título de San Nicolás
in carcere Tulliana. En Coria también fundó un hospital con idéntica advocación.
Su familiar y testamentario, Pedro Fernández de Velasco, mandó construir el edificio en
1538 con las rentas que había dejado el Cardenal. Algunos de los acontecimientos más
notables ocurridos desde entonces en el centro han sido el nombramiento del primer
Rector del Colegio de San Nicolás, D. Diego Martín de Arresti en 1606, la requisa del
edifi cio por el ejército de Napoleón con fi nes militares en el año 1808 y la ocupación por
el ejército español desde el año 1814 en que acaba la Guerra de la Independencia.
En 1845, con el Plan Pidal de Enseñanza Media, se crearon los Institutos de Segunda
Enseñanza, uno por cada provincia. En Burgos inmediatamente se pensó en el viejo
Colegio de San Nicolás como sede del nuevo Instituto. Pero había que desalojar al cuerpo
de Artillería que ocupaba el edifi cio. Esto se consiguió, en 1849, por la inestimable labor
del primer Director elegido del Instituto D. Juan Antonio de la Corte y Ruano-Calderón,
Catedrático de Geografía e Historia. En el año 1898 se instala el Jardín Botánico y el
centro se convierte en Instituto General y Técnico, albergando a la Escuela Normal de
Magisterio.
Importantes profesores iniciaron la labor docente en el nuevo instituto como el Director,
Raimundo de Miguel, catedrático de Latín; José Martínez Rives, catedrático de Historia
o Eduardo Augusto de Bessón, catedrático Psicología y Lógica. Junto a las asignaturas
tradicionales estaba la de Agricultura teórico-práctica que acaba convirtiéndose en una
cátedra en 1876. Para ello el Instituto disponía de un Jardín Botánico al que se incorporó
un invernadero en la década de los 70.
En 1861 se instaló en el centro el Observatorio Meteorológico provincial, que ha venido
funcionado como tal hasta fi nales del siglo XX.
El Instituto fue creando una importante biblioteca, conseguida con las incorporaciones a
través de los presupuestos ordinarios, de las bibliotecas de monasterios exclaustrados
y de donaciones entre las que destacamos las llevadas a cabo por el gobierno francés,
con motivo de los cursos de verano y, sobre todo, la donación del profesor Eloy García
de Quevedo.
Año 1903. El catedrático D. José López Zuazo crea el Museo de Ciencias Naturales,
actualmente uno de los más importantes de nuestra comunidad. Desde los comienzos
del Instituto, la cátedra de Historia Natural, a través de compras con la dotación anual
y por importantes donaciones, constituyó un importante Museo de Ciencias Naturales,
debido a los desvelos de Mauricio Pérez San Millán y, sobre todo, de José López de
Zuazo.
Año 1908. Rodrigo Sebastián catedrático de Francés, crea junto con Ernest Mérimée
de la Universidad de Toulouse, el primer curso de verano para extranjeros de toda
España. A estos cursos asisten importantes personalidades de la vida cultura española
como Américo Castro, Vicente Lampérez, Domínguez Berruela, Narciso Alonso Cortes.
Muchos profesores del centro son condecorados con la Legión de Honor francesa.
Ya en la segunda mitad del siglo XX tuvieron lugar algunas transformaciones importantes.
En el año 1957, por Orden Ministerial, el Instituto toma el nombre de Cardenal López de
Mendoza.
El Edificio
Es una construcción renacentista de las más importantes de la ciudad de Burgos.
Comenzaron las obras en 1538 y se
concluyeron en 1579. Su obra de sillería
es de gran calidad, sobre todo la fachada,
cuya piedra caliza procede de las conocidas
canteras de
Hontoria. Intervinieron varios
maestros canteros, siendo el más importante
Pedro de Resines al que siguieron Baltasar
de Castañeda, Juan del Campo y otros. La
escultura, centrada en la portada y los escudos,
es obra de Diego Guillén y su sucesor Antonio
de Elejade. La obra de carpintería fue llevada
a cabo por Juan de Heras y Miguel de Osma,
entre otros.
La fachada, perfectamente plana y en
desarrollo horizontal, es un gran muro de
sillería dividido en siete lienzos separados
por contrafuertes de sección cuadrada. En
los extremos del muro se disponen sendos
contrafuertes circulares con el escudo del
Cardenal a media altura. En cada lienzo van
dos ventanas alargadas, una en cada piso,
la superior con arco de medio punto y la inferior ojival. En el lienzo central se dispone una portada de gran belleza formal en claro
desarrollo vertical dispuesta en tres cuerpos: el inferior que remeda una arquitectura
clásica con dos columnas exentas en la que se encuentra la puerta con arco de medio
punto y dos clípeos con bustos masculinos en las albanegas. En el segundo cuerpo, de
menor tamaño, enmarcado por las cornisas y dos columnas adosadas, se dispone la gran
cartela fundacional soportada por dos pequeños tenantes con el texto de la fundación del
Centro y sobre ella el escudo del Cardenal sostenido por otros dos tenantes de mayor
tamaño. El cuerpo superior está presidido por una hornacina avenerada que recoge la
escultura del obispo San Nicolás, patrono del Colegio. A sus lados van dos pequeñas
ventanas con arco de medio punto. Bajo todo esto hay una ventana-tabernáculo, como
en la casa de Miranda, en cuyos lados van dos telamones con las extremidades inferiores
drapeadas. Dicha cartela fundacional lleva el siguiente texto:
ESTE COLLEGIO MANDÓ HAZER EN SU TESTAMENTO EL ILLMO. Y
REVERENDÍSIMO SEÑOR CARDENAL Y OBISPO DE BURGOS DON ÍÑIGO
LÓPEZ HIJO DE LOS CONDE DE MIRANDA DON PEDRO DE ZÚÑIGA Y DE
AVELLANEDA Y DOÑA CATALINA DE VELASCO NIETO DE LOS CONDES
DE MIRANDA DON DIEGO LÓPEZ DE ZÚÑIGA Y DOLA ALDONZA DE
AVELLANEDA. BISNIETO DE LOS CONDES DE PLASENCIA DON PEDRO DE
ZÚÑIGA Y DOÑA YSABEL DE GUZMÁN. FUERON TAMBIÉN SUS ABUELOS
EL CONDESTABLE Y CONDE DE HARO DON PEDRO DE VELASCO Y LA
CONDESA DOÑA MENCÍA DE MENDOZA SU MUJER. MANDOLO EDIFICAR
DON PEDRO DE VELASCO QUARTO CONDESTABLE DE LOS DE SU
LINAGE. ACABOSE EL AÑO MDXX[IX].
Se accede al edifi cio por un zaguán cuadrado cubierto con bóveda ojival tardogótica.
Enfrente está la puerta de acceso al claustro y a ambos lados sendas puertas de
acceso a la capilla, la de la izquierda, y al general inferior por la derecha. La capilla
ocupa todo el lado izquierdo de la fachada, de paredes lisas y cubierta con bóveda
ojival, como el zaguán, con tres tramos en la capilla y otro sobre el coro que está
sobre el zaguán. Tuvo un retablo hecho por Antonio de Elejalde del que no queda
nada, y desde 1871 se instaló la sillería renacentista del monasterio de Vileña (La
Bureba). En el lado derecho de la fachada van dos aulas generales, salas amplias,
una en cada piso, que han desarrollado distintas funciones a lo largo de su historia. La
superior, desde que acogió la cátedra de Dibujo, se la decoró con hermosas pinturas.
El patio, de forma cuadrada, es el eje de la construcción, tiene dos galerías formadas
por arcos rebajados que se apoyan en pilastras adosadas. En el centro hay un pozo
con su brocal liso. La escalera principal se encuentra en el ángulo NO. Es de tipo
claustral, austera pero señorial, formada por tres tramos en cuyo segundo rellano se
encuentra una ventana de asiento. Se accede a ella por un espacio con arco carpanel
y, en la parte superior, destacan dos arcos escarzanos, tanto en el vano como en la
tribuna. El resto de las dependencias han desarrollado distintas funciones pero hemos
de destacar que el piso inferior fue la sede de las cátedras y el superior, residencia de
colegiales o internos en el siglo XIX.