Iglesia de Santiago de Villafranca del Bierzo

La Iglesia de Santiago de Villafranca del Bierzo se encuentra situada en el Camino de Santiago. Fue construida en el año de 1186 por don Fernando, obispo de Astorga, en sillería de pizarra, conservandose bastante completa. Fue restaurada en 1958 por Ramón Cañas del Río.

Es un buen ejemplar del románico de transición; consta de una sola nave con cubierta de madera, presbiterio con tramo recto que se inicia con arco toral y columnas adosadas y ábside semicircular, abovedados con cañón y casquete esférico, respectivamente. Se le añadieron en el siglo XVIII una estrecha sacristía y una capilla en el costado sur. En alzado tiene recios muros, contrafuertes en el arranque de la nave y al final del tramo recto del presbiterio; se ilumina por ocho ventanas angostas de medio punto en fachada y sobre el arco toral y en cada muro de la nave. La fachada principal es muy sencilla; presenta portada con arquivolta triple sin tímpano ni decoración y una atrofiada espadaña de dos huecos y remates de bolas en los vértices de las vertientes, quizá del XVIII. En el lado norte se abre la Puerta del Perdón destacada sobre el muro y protegida con alero sobre modillones de nacela; abocinada tiene cuatro arquivoltas, de medio punto la primera y apuntadas el resto y se decoran aquella con seis dobles figuras (quizás u apostolado) y Cristo en Majestad en la clave, con motivos vegetales la siguiente y con rosca las otras dos. Se apoyan sobre imposta y cuatro pares de columnas (doble la interior) entre bocelones con capiteles, los de la derecha con figuraciones animalísticas, humanas, vegetales y geométricas, y los opuestos con escenas como los Reyes Magos a caballo, el sueño de los Reyes, el aviso del ángel, la Adoración y el Calvario. El ábside muestra al interior sus tres ventanas con derrame, una arquivolta y columnillas con capitel e imposta decorada; al exterior se articula en tres calles separadas por dos columnas adosadas que cobijan las ventanas, estas con su arquivolta, columnas a cada lado y capiteles con temas vegetales, humanos, animalísticos y monstruosos. Tanto el presbiterio como la nave se rematan en alero sencillo y poco volado sobre modillones anacelados. En el altar mayor se venera un Cristo crucificado del siglo XIV, con cuerpo y rostro muy expresivos.