Ubicada en el interior del recinto amurallado de Trujillo, junto a la puerta del mismo nombre de la
Muralla de Trujillo y la
Casa fuerte de Luis de Chaves El Viejo, la antigua parroquia de Santiago, de finales del siglo XII, se levantó sobre uno de los centros urbanos de la Alcazaba hispanomusulmana. Mantuvo su jerarquía tras la Reconquista, como testimonian numerosos documentos que recogen el uso de su plaza inmediata como mercado, de la lonja del templo como espacio de reunión para el Concejo, y la ubicación en sus inmediaciones de las primeras casas que el Obispo de Plasencia tuvo en la entonces villa de Truxillo.
El edificio, ampliamente transformado en el siglo XVII, momento en que se compartimentó el espacio original en tres naves mediante pilares que sustentan un abovedamiento por aristas, fue levantado a finales del siglo XII, siguiendo un estilo románico que aún hoy es reconocibe en la volumetría de sus muros, la forma de su cabecera o la hechura de su torre campanario. Las puertas son obra del siglo XV y la capilla de los Loaisa y la sacristía de la primera mitad del siglo XVI.
Entre otras piezas de singular valor, su interior conserva la célebre talla del Cristo de las Aguas, de tipo doliente, elaborada en el siglo XIV. De notable valor artístico son asimismo los esgrafiados que ornamentan los muros de la sacristía: a modo de friso, bajo del forjado, un conjunto de tritones, roleos y laureas ejecutados en cal pigmentada con negro carbón; como un tapiz, bajo de estos, un encintado romboidal, a modo de sebqa, tapado por un encalado contemporáneo.
Para algunos autores esta iglesia podría haberse iniciado durante la década del siglo XII en que Trujillo estuvo defendida por las Órdenes de Santiago y Pereiro. Según esta hipótesis, en estos pocos años sólo daría tiempo a construir la parte baja de la iglesia románica, de una nave y ábside semicircular, pero la conquista almohade de 1196 impediría su conclusión. Se ha escrito sobre las marcas de cantero de los sillares inferiores de la iglesia de Santiago y se han identificado con la iglesia portuguesa de San Juan Bautista en Sernascelle, datada en 1172, lo que confirmaría la hipótesis de las fechas antes expuesta. Algunos años después de la reconquista definitiva de 1232 se reemprendería la construcción inacabada y medio destruida de Santiago, ya en un estilo románico tardío.
Es más que probable que a esta nueva campaña del siglo XIII correspondan parte del perímetro de sillería, incluyendo el ábside de planta semicircular (continuación del iniciado en el XII), el cuerpo de campanas con troneras románicas de medio punto de su torre (que originalmente pertenecía a la muralla) y la portadita norte de arco apuntado decorado con puntas de diamante.
Posteriormente, sufrió una muy amplia reforma en el siglo XVI, que afectó al interior de la cabecera, siendo abovedada con crucería estrellada, y en el XVII que transformó el interior.
El exterior es bastante sencillo, con paramentos lisos y ábside semicircular. Adosado a él, se levanta la cuadrada torre, de sillería, con dos cuerpos; el superior, de campanas, con vanos de medio punto en cada frente, es, junto con las portadas y caja de muros, lo más antiguo de la construcción eclesial, de fines del siglo XIII. Las portadas se abren en los lienzos occidental y septentrional; la del oeste presenta arco apuntado moldurado con fino baquetón sobre impostas acanaladas bajo las que aparecen las conchas alusivas a la advocación del templo; va trasdosada con un festón de motivos romboidales y encuadrada por alfiz del que ha desaparecido la moldura horizontal.
La puerta norte, de gran sencillez, tiene impostas acanaladas acodilladas sobre las que asciende arco apuntado con decoración de puntas de diamante sobre la arquivolta exterior.El interior es espacioso, con triple nave dividida en tres secciones mediante pilastras de orden toscano y arcos escarzanos, cubriéndose toda la zona con bóveda de aristas. Toda esta articulación es fruto de una notable transformación del templo llevada a cabo en el siglo XVII.
También ha sufrido modificaciones la capilla mayor, cuyo abovedamiento de crucería, con terceletes y nervios finos de sección triangular muestra su vinculación con los momentos finales del siglo XV o iniciales del XVI. En las claves, conchas santiaguistas y escudos.
Debe destacarse del interior la presencia de altares y enterramientos con estructuras arquitectónicas góticas y renacentistas. En el costado del Evangelio hay una interesantecapilla funeraria comunicada con la nave lateral correspondiente a través de un arco escarzano oblicuo, es la capilla de don Diego Alonso de Tapia y de Doña María de Loaisa, se abre en sepulcro de pared con arcosolio carpanel y dos atractivos tramos de bóveda estrellada en cuyas claves aparecen motivos florales y escudos de los Tapia y Loaisa, cama lisa, enmarcado por arquitectura renacentista y remate con blasón familiar de tres "ces" y busto de San Pedro. En una inscripción que corre sobre los muros y el enterramiento, se indica la fecha de su realización, 1556: "ESTA CA/PILLA MANDÓ HAZER EL SEÑOR DON / DIEGO Ao L DE TAPIA QVE SEA EN GLORIA Y /Ma/ LOAISA SV MVGER A HONOR / DE IESV CHRISTO ACABOSE AÑO DE 1556".
En la misma capilla se conserva una imagen de vestir de la Virgen de los Dolores, del siglo XVIII, con cara y manos en madera policromada.En el presbiterio hay un sepulcro de pared con arcosolio, fechable hacia el año 1600; pertenece a la familia de los Tapia, cuyo blasón aparece sobre una estructura arquitectónica de orden dórico. Una imagen de la Inmaculada del siglo XVIII, en madera policromada, con repintes incorrectos. En la restauración del templo, llevada a cabo en el año 1992 se quitó el retablo mayor de la primera mitad del siglo XVII, que en la actualidad está en proceso de restauración. Consta de un cuerpo con tres calles, y remate, las calles están separadas por columnas entorchadas, teniendo los intercolumnios laterales dos cajas superpuestas con pequeñas imágenes procedentes de otros retablos: San José, San Juan Evangelista, -que en la actualidad están expuestos en el templo-, en la calle central, estaba la imagen de Santiago peregrino, de discreto valor artístico, obra reciente. El remate del retablo contiene relieve de la la Virgen con atributos mariológicos, de la primera mitad del siglo XVII. La iglesia está realizada en mampostería, con sillares en la fachada y bóvedas. Es de reducidas dimensiones, de una sola nave con un tramo cubierto mediante crucería estrellada. El presbiterio es ochavado, con arco triunfal de medio punto sobre pilastras, consta de dos tramos, ambos con crucería estrellada. El coro se levanta a los pies con bóveda de cañón con lunetos en el sotocoro y frente de arco rebajado. En el lado del evangelio se abren con bóveda de arista y baída. La sacristía conserva una excelente muestra pictórica de esgrafiados monócromos con representaciones vegetales y figurativas, semejantes a las existentes en lasacristía de la iglesia parroquial de Santo Domingo de la misma ciudad, ambos conjuntos podemos fecharlos en la segunda mitad del siglo XVI.
En una nave lateral del templo puede observarse un lienzo de Jesús Nazareno, de discreta factura, obra del siglo XVII. En esta iglesia en el altar mayor, aunque este no fue su primitivo emplazamiento. se venera una excelente talla del Crucificado (198 x 141 x 47 cms.) conocida popularmente como Cristo de las Aguas, ya que es la imagen que la ciudad de Trujillo saca en procesión en épocas de sequías. Siempre han sido confictivos los períodos de sequía, que suponían la amenaza de la peste con la consecución de importantes pérdidas humanas. Como medida preventiva, entre los años 1507-1508, el Concejo de Trujillo ordenó limpiar las fuentes de la ciudad y sus alrededores (Carbonera, Almohalla, Zarzuela, Olalla, Fuente Alba, Marcinillos, Añora).
Los trujillanos siempre han profesado especial devoción al Cristo de las Aguas, son varios los documentos existentes en el Archivo Municipal (referentes a procesiones por sequías) o en el Parroquial que hacen referencias al mismo.
Solamente, podemos contar con dos Libros de Cuentas de Fábrica, ambos pertenecientes al siglo XIX, los restantes libros parroquiales han desaparecido.
El Cristo de las Aguas tenía sus ornamentos personales, que consistían en siete enaguas de seda y otras dos de lienzo, dos lámparas que se mantenían siempre encendidas y dos toallas ; una relación muy corta, ya que mucho se perdió durante la invasión francesa, como ya hemos comentado anteriormente.
Es un Cristo doloroso sobre una cruz de gajos, muy bien estudiado por la Dra. Franco Mata, que lo encuadra en la escuela castellana, "por ser el área castellana donde se ubican la mayoría de los crucificados que responden a la misma tipología que el Cristo de las Aguas, obra maestra en su género".
Es un Cristo del Dolor, clavado sobre cruz de gajos o "ecotée", mostrando una gran fuerza dramática acrecentada por el rostro alargado acentuado por una larga barba rizada y bífida que le cae por el pecho; al contrario, el cabello es liso y estirado, cayéndole por los hombros y la espalda. Presenta una estructura recta del tórax y marcadas costillas, así como rasgos geometrizantes en el plegado del perizoma, dejando ver la rodilla izquierda, y una expresión triste, con los ojos caídos y la boca entreabierta que deja ver sus dientes. Podemos fechar a este magnífico Crucificado, entre los años 1370-1375.