Iglesia de San Julián de Cazanes

La localidad de Cazanes se encuentra muy próxima a Villaviciosa. Se llega a ella desde la capital del concejo tomando la carretera AS-113 que, a escasa distancia de la villa, comienza su ascenso hasta el pueblo. El templo se encuentra en un lugar privilegiado en lo alto del caserío, a la sombra de un roble centenario.

El territorio de Cozanes aparece localizado en Maliaio en la donación que el rey Alfonso III y su esposa Jimena ofrecen a la catedral de San Salvador de Oviedo en el año 905, siendo muy posible que ya entonces poseyera una primera iglesia.

El templo aparece mencionado con la advocación de San Juan en la Nómina parroquial del obispo Gutierre de Toledo (1385-86), que la incluye en el arciprestazgo de Villaviciosa en los siguientes términos:

San Iohán de Caçanes húsanla apresentar padrones herederos. Es capell´´an (...) Ruy Martinez e beneficiado Alfonso Ferrándiz. Ha de manso seys días de bues. Los diezmos pártense en esta manera: el terçio lieva el obispo e el terçio el capellán e el terçio el beneficiado. Pagan de procuraçion quarenta e seys mrs. Riende esta capellanía (...) mrs. e el benefiçio (...).

La iglesia de San Julián de Cazanes conserva, pese a las modificaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos, importantes elementos de su fábrica románica que la incluyen en la nutrida nómina de los templos del concejo adscritos a este estilo artístico, siendo desgraciadamente uno de los más desconocidos e ignorados bibliográficamente hasta el momento.

Su planta conserva aún la caja de muros románica de su nave única y se remata con una cabecera barroca de grandes dimensiones, a cuyo flanco N se abre una capilla de la misma época y una estancia dedicada a sacristía que cubre por debajo de aquella. Un bello pórtico columnado protege los flancos O y S de la iglesia.

Los dos accesos del templo conservan su traza románica. En la fachada occidental se abre una portada de doble rosca lisa de medio punto, protegida por un guardapolvo que apoya en jambas en los sillares rematadas por impostas en nacela. El cuidado despiece de este acceso contrasta con el paramento del muro en el que se inserta, construido con sillarejo y mampostería. Sobre la portada sobresalen dos canecillos que parecen ser de la misma época y muy posiblemente sustentarían el tejado del pórtico románico. La portada meridional mantiene la tipología y decoración de algunas de las presentes en otros templos tardorrománicos del concejo de Villaviciosa, como la Iglesia de San Andrés de Valdebárzana, la Iglesia de Santa María de Sariegomuerto, la Iglesia de Santa María de Sebrayo,... Se estructura en una rosca de medio punto lisa que se continua en las jambas hasta el pavimento. Se realza con un guardapolvo decorado con medios círculos enfilados que se prolonga en horizontal para trazar las impostas.

Los aleros N y S de la nave cobijan sendas hileras de canecillos en caveto desornamentados. Uno de los elementos más sobresalientes de la fábrica románica es la espadaña, constituida por una doble tronera de medio punto apoyada en tres columnillas exentas, que se elevan sobre basas áticas y se coronan por capiteles sencillos. Los vanos se rematan en época moderna por un frontón triangular decorado por pináculos y una cruz en la cima. Bajo la espadaña el hastial se cala por una sencilla aspillera románica.

El interior de la iglesia alberga igualmente importantes testimonios de su etapa fundacional. El arco triunfal románico se estructura en una doble rosca de medio punto que apoya en una columna entrega a cada lado elevadas sobre basas áticas. Se rematan por capiteles esculpidos con motivos vegetales de acantos y bolas, en el lado derecho, y por dos aves que picotean una liebre, en el lado izquierdo. La cabecera y la y capilla son fruto de una reforma barroca. Su patrocinio se debe muy probablemente a los marqueses de Sorribas a juzgar por los escudos de ambos espacios. La cubierta de la cabeza es una compleja bóveda estrellada que denota la intervención de un buen taller de cantería. La capilla norte se comunica con la cabecera por un arco de medio punto sobre jambas de impostas molduradas. Es muy posible que este espacio se construyera con fines sepulcrales siguiendo la costumbre de la nobleza barroca con solares en ámbito rural, si bien no se ha conservado en su interior enterramiento que permita asegurar tal función.